Las
bebidas azucaras son muy reconocidas a
nivel mundial, son consumidas en gran parte del mundo, ya sea para refrescarse
o para acompañar las comidas. En la
mayoría de las ocasiones hacen parte
casi infaltable a la hora de las comidas, reemplazando los jugos naturales casi
en su totalidad.
Por
motivo de rapidez y en muchos casos por economía, muchos optan por reemplazar
un jugo natural que resulta mucho más sano que una bebida azucarada, que lo
único que hace además de refrescar es dañar nuestro organismo con compuestos
altamente perjudiciales para la salud.
Son
múltiples las enfermedades que podemos contraer por el consumo excesivo de estas bebidas, ya
que sus bases son jarabe de maíz y azucares añadidos que resultan ser altamente
perjudiciales en especial para el estómago, colon e hígado, existiendo la
posibilidad de contraer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2
(padeciendo de azúcar en la sangre, ceguera, amputación de las extremidades
inferiores, entre otras), cáncer de hígado, páncreas, gastritis y cáncer de
colon.
Una
de las enfermedades más comunes causadas por el empleo de estas bebidas en la
ingesta diaria de alimentos en la dieta, es la obesidad siendo los estados
unidos el país más afectado por el consumo excesivo de estas bebidas.
Muchas
madres cometen la equivocación de incluir en las loncheras de sus pequeños
niños en lugar de un jugo natural o una fruta este tipo de bebidas, que no
ayudan para nada en el buen desarrollo de estos, ya que no produce saciedad y
además posee calorías vacías incapaces de brindar beneficios al organismo,
llenando a los niños de enfermedades y volviéndolos propensos a padecer de
diabetes u obesidad en un futuro inmediato.
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